miércoles, 18 de abril de 2012

Momento

Y en mi 'todo o nada' del quehacer permanente
te encuentro, desprendido, vagabundo,
como buscando diluirte en el aire,
disimulando tus pasos,
borrando las líneas de la calle.

A mí, entre quejas y disgustos,
se me esfuma el mundo, se me pierde.
No hay mucho más allá de vos,
y no aparecen más motivos,
nada me preocupa, sólo este encuentro.

Y revuelvo penetrante con mi mirada el espacio
entre mi cara y la tuya, insisto,
¿cómo ser tan distraído?
¿cómo ir liviano, casi volando?
Mirame.

Los segundos se escapan de la escena,
quedo pausada, siguiendo el punto
que desaparece, y se redibujan las líneas de la calle,
las quejas, los disgustos, los ruidos, los quehaceres.
Para no olvidarte antes de cuentas, te escribo.