miércoles, 7 de diciembre de 2011

Llorar y escribir

Con los ojos embarrados
de llorar y de no ver
dibujo el mundo en una lágrima
con aguja y mi temblor.

Es tan débil como una gota
y tan fuerte como un planeta.
Y así soy yo, y así es mi amor;
así funciona todo a mi alrededor.
Tan complejo como el mundo,
pero inabarcable.
Tan simple como el agua,
pero indispensable.

El mismo dedo que me acaricia
me toca y me empuja.
El mismo aire en el que vuelo
me trae tierra hacia los ojos.

Y así, cansada y ciega
levanto vuelo y llueven
gotas como mundos,
que se desarman en mí.

miércoles, 5 de octubre de 2011

...

Miran desde el cielo,
suelo de crayón,
siguen movimientos
manos de algodón.

Juegan con los vientos,
funden su temor
chistan en silencio,
bajan con el sol.

Son bomberos, astronautas, genios;
bailarinas, peluqueras, reinas;
que en su cielo de eternidad
como estrellas brillarán.

Saltan por las nubes,
cantos de gorrión
siembran caramelos,
besos de cartón.

Oyen los secretos,
risas de color,
cuidan mariposas,
salvan del dolor.

Son sirenas, cocineras, maestras,
trapecistas, magos, policías;
que aparecerán sin preguntar
cada vez que otro niño sonría.

martes, 4 de octubre de 2011

Cariño al por mayor.

Comprar, vender
todo es así.
Ellos saben qué
es mejor para vos.

Tanto, cuánto,
todo es cantidad.
Pasan raspando
lo superficial.

Creeles, si querés
comprales falsedad
Te digo, no sabe qué te conviene
nadie que no te haya visto llorar.
Agendas, relojes
monedas y más
Te digo, no sabe qué te hace falta
nadie que no te haya sentido gritar.


Tener, ganar,
sumar felicidad.
Traeme algo más
cariño al por mayor.

Mucho, ansias
nada es calidad.
Lo querés, lo tenés
no lo pienses más.




jueves, 9 de junio de 2011

La misma esencia

Hoy miré a la gente,
detenidamente,
la vi pestañear.
Unos más de prisa,
otros cada tanto
pero todos igual.

Sangres diferentes,
mundos en las mentes,
sólo vi su piel.
Con o sin lunares,
nos toca y roba huellas
a todos el mismo aire.

Buscando miradas ajenas,
otras risas, otras penas,
viaja la soledad.
Mil rincones en la ciudad,
y a todos nos desabriga
el sol sin piedad.

Ni el oro ni la suciedad
impregnados en las manos
nos salvan del dolor.
Late a destiempo,
con propia destreza,
la misma esencia.