jueves, 7 de octubre de 2010

Sólo un punto (el punto final)

No existe una hora, ni media, ni un cuarto, en que pueda evitar pensar acerca de aquello que intento descubrir, que me aqueja y derrumba, que me suelta ciega en el fondo del mar, que me hace subir cual burbuja asustada; aquello sin lo cual no dormiría con un ojo abierto, pensando palabras para cazar tiempo, a dos manos y dos pies, tirando de la soga de algún sentimiento tan pasado que no recuerdo; y sin hallar ese momento para evadir esto que cuento, sigo andando por calles de viento, perdiendo el equilibrio, soltando el trapecio.

No hay comentarios: